Para el 25 de noviembre ya se habían repartido cinco mil raciones de
comida de parte de la Comisión Nacional de Subsistencias Populares (Conasupo), y 500 toneladas de alimentos de parte de la Secretaría de Salubridad y Asistencia (SSA).
El Heraldo publicó:
Un niño de cuatro años —descalzo y llorando—, mientras saboreaba un mendrugo de pan en el regazo de su madre, preguntó a ésta:
—Mamá, ¿cuándo volveremos a casa?
Y la madre le contestó:
—Si la mina se cierra, no volveremos nunca, aunque pase el incendio.
El Sol de San Luis |
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