domingo, 18 de noviembre de 2012

Un siniestro de proporciones gigantescas

Al día siguiente, 20 de noviembre, El Heraldo centró su atención en la situación de los habitantes desalojados, el peligro de intoxicación por los vapores y la inutilidad de la labor de los bomberos ante el tamaño de lo que los habitantes de Villa Juárez ya llamaban “la boca del infierno” (o “el monstruo blanco”, según El Sol).

“Por instrucciones del presidente de la república, Lic. Luis Echeverría, se ha desplazado hacia Guaxcamá el Ing. Estelarios y equipo humano con todos los elementos técnicos necesarios para combatir el incendio en la mina. El secretario de Gobernación, Lic. Mario Moya Palencia, tuvo ayer una conferencia telefónica con el gobernador del estado, Lic. Antonio Rocha, para pedirle un informe detallado de la situación prevaleciente en el lugar del siniestro.
Los bomberos informaron hoy temprano al Gobierno del estado que su labor ahí ha resultado ciertamente inútil, dado que el siniestro en lugar de aminorar aumenta y ellos carecen de elementos y equipo adecuados para hacerle frente a un siniestro de proporciones gigantescas como el que ahora se tiene en las minas de Guaxcamá. La fuente de abastecimiento del agua para hacer frente y controlar el fuego, surte lento los depósitos, mientras que el fuego avanza”.

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